paolo gasparini
La pasión de Chiapas. Acteal, México. 31 de diciembre
de 1997. Sales de plata en gelatina, papel de fibra.
La obra de Paolo Gasparini ha estado marcada tanto por
su compromiso social y la fuerza documental de sus imágenes, como por la
expresividad de sus composiciones y su uso del blanco y negro, en una
inmensamente rica gama de valores tonales. Su trabajo fotográfico se concreta
de diversos modos, como series, fotolibros, fotomurales y audiovisuales. En
todos ellos, las imágenes constituyen una crónica acerca de múltiples temas y
problemas de actualidad. Su fotografía no trata únicamente de descifrar los
aspectos formales y simbólicos de las escenas que captura, sino también de
evidenciar sus contenidos sociales y culturales, de reconocer los discursos que
los soportan. En este sentido, son imágenes saturadas de signos y referencias,
que evocan con su presencia una realidad que se caracteriza por convocar
espacios heterogéneos y disímiles. Estas fotografías tienen como escenario
principal la ciudad. En ellas, la cámara aparece como un explorador capaz de
descubrir entre las calles y edificaciones sus gestos más importantes, sus
hechos y símbolos, sus formas de vida, pero también sus sombras y dramas, sus
excesos y futilidades. En su referencia al fenómeno urbano, son imágenes que
poseen una complejidad, variedad e intensidad gracias a la que exhiben una
visión en la que, a partir del contrapunto entre luces y sombras, se concreta
el dinamismo y la fragmentariedad propias del mundo moderno. Esta obra
fotográfica está elaborada a partir de un modelo narrativo, una confluencia de
mirada y relato que la acerca al cine y que se expresa en lo que Gasparini
denomina »fotoracontti« o »racconti fotografici«, una síntesis de imagen y
narración que le permite presentar sus series, libros y audiovisuales como
escenas para una posible experiencia, o para una apertura de nuestra
experiencia a realidades inéditas, ocultas en el acontecer cotidiano.