marco montiel-soto
Nos avergonzamos de lo que el
hombre hizo. These roots are thinking to grow in all directions to
intertwine other while they make a round. 2015. Titular de prensa sobre página
de libro. 28 × 22,5 cm.
Marco Montiel-Soto es un viajero. Es también un arqueólogo —un
excavador— de la memoria y las vivencias. Es un artista que, desde una
pluralidad de narraciones críticas que se encuentran y yuxtaponen, indaga en
los espacios de la memoria viva buscando reconstruir sus recuerdos y las
historias dispersas que los componen. Igualmente, explora los espacios de las
interacciones humanas, sean estas sociales, políticas o simbólicas. Sus obras
son »performativas« —aun cuando se presenten como »collages« o instalaciones—,
porque todas ellas están constituidas a la manera de un archivo fragmentado de
memorias y registros que concretan, crítica y reflexivamente, los »imaginarios
colectivos« de Latinoamérica, que aparecen reformulados. Su gestión de la
memoria se trama con sus encuentros de viajero, gracias a los que en sus obras
confluyen los relatos colectivos con los individuales y el recuerdo se
convierte en un »lugar« de encuentro y comparecencia, se hace una inscripción
política. Esta memoria, a la vez individual y colectiva, se estructura en el
encuentro de la mirada y la palabra, y se decanta en una multiplicidad de imágenes inquietantes e inciertas, evasivas y premeditadamente alegóricas,
capaces de problematizar por igual tanto la actualidad nacional como las tradiciones
y sus »mitologías«. Gracias a su espíritu de
explorador, esta obra se propone como un itinerario, un tránsito, un deambular
a través de un vasto entramado de »anotaciones« —imágenes apropiadas,
fotografías, postales, objetos, sentencias, videos y sonidos— que le sirven
para reescribir y reformular los ideales utópicos y paradisíacos que han
constituido las naciones latinoamericanas —los sueños
fundacionales, cálidos y tórridos, que las han
acompañado desde sus orígenes.