ricardo Jiménez
de la serie: desde el carro. 1994. Sales de plata en gelatina,
papel Agfa. 28 x 35,5 cm.
Ricardo Jiménez es un fotógrafo de la ciudad: de los
tránsitos y desplazamientos, de los encuentros fortuitos e inesperados, de
vistas cambiantes en las que el azar —lo imprevisible— es incorporado y
transformado poéticamente. Es un fotógrafo de la existencia en su movilidad, en
sus incógnitas e incertidumbres, de los misterios que impregnan los entornos y
construcciones humanas, así como de los hombres en su deambular cotidiano, a
partir de una mirada que les permite ser y mostrarse, que los relata afectivamente
en su vacío,
su espera, su fuga. En sus imágenes, realizadas en
blanco y negro, la gama de los grises se hace una fórmula evocativa y
sugerente. Igualmente, la construcción formal y el ritmo visual que en ellas se
estructuran se imponen ante la mirada como un »decir« que es simultáneamente
sensible y argumentativo, un decir ensimismado y silencioso que busca registrar
el mundo en el brillo de sus detalles, de sus elementos conmovedores. Un
»decir« que habla del hombre y sus modos o formas de existencia, de su
inherente soledad y sus búsquedas, de sus catástrofes e inquietudes. Sus series
fotográficas son una especie de »poemas visuales« o »ensayos« en los que
Ricardo Jiménez logra concretar la fuerza simbólica, la dimensión de misterio y
metáfora que poseen los distintos »motivos« que fotografía, descubriendo
gracias a ello una ciudad, un país, una cotidianidad que se oculta, que
pareciera sustraerse a la visión común pero que constituye la textura misma de
la existencia, del ser con otros y entre otros. Una fotografía que genera
interrogantes, que inquieta y obliga a profundizar en la danza de sus juegos de
luces y sombras.