»Iluminadas a mano«
exhibición#40
»Iluminadas a mano«
Luis Lizardo
17.05.2015/28.05.2015
caa la trinidad, caracas
ver hoja de sala...
»Iluminadas a mano«
Luis Lizardo
17.05.2015/28.05.2015
caa la trinidad, caracas
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Luis Lizardo ha sido siempre un pintor, aun cuando recorte papeles o produzca »collages«. Ha sido un pintor que persigue esa apertura al mundo producida únicamente por la imagen »iluminada a mano«: esa apertura que solo se produce cuando la mirada se hace »lágrima« y puede, a la vez, perturbar las figuras y depurar la sensibilidad, trastornar las presencias y limpiar los instrumentos. En este sentido, este artista ha buscado, en distintas fórmulas expresivas y medios, asir esa imagen capaz de concentrar el momento silente del mundo.
En »Iluminadas a mano«, Luis Lizardo muestra una serie de pinturas en las que el azul se convierte, por exceso, en densidad y ausencia cromática, en la posibilidad de “iluminar a mano”, a la manera de un manuscrito monástico, los textos silentes del mundo y de sus presencias, así como de escudriñar en aquello que les permite ser visibles. En efecto, el azul se diversifica y se densifica en la riqueza de sus múltiples matices, creando en unas estructuras compositivas que parecen provenir de su visibilidad misma y que, como un códice fragmentario, certifican que la magia de la pintura anida en que no posee aun lo que ha encontrado, que debe todavía siempre seguir buscándolo, que cualquier hallazgo es sólo una llamada a otros hallazgos.
En »Iluminadas a mano«, Luis Lizardo muestra una serie de pinturas en las que el azul se convierte, por exceso, en densidad y ausencia cromática, en la posibilidad de “iluminar a mano”, a la manera de un manuscrito monástico, los textos silentes del mundo y de sus presencias, así como de escudriñar en aquello que les permite ser visibles. En efecto, el azul se diversifica y se densifica en la riqueza de sus múltiples matices, creando en unas estructuras compositivas que parecen provenir de su visibilidad misma y que, como un códice fragmentario, certifican que la magia de la pintura anida en que no posee aun lo que ha encontrado, que debe todavía siempre seguir buscándolo, que cualquier hallazgo es sólo una llamada a otros hallazgos.